¿SUCESOS HISTÓRICOS DE FICCIÓN?
¿SUCESOS HISTÓRICOS DE FICCIÓN?
Déjenme evocar los sucesos “crueles e imperdonables” a
manera de ficción donde la realidad se desdibuja con la ensoñación tormentosa
de patética pesadilla.
En 24 de febrero de 1899, sucedieron las horribles
matanzas de Cosmini y Ayo Ayo. “El Heraldo” de Cochabamba registró más de 80 jóvenes de la Capital de Sucre
exterminados.
Se iniciaba la Guerra Federalista. Al llegar a Cosmini
el enfrentamiento entre los republicanos y los federalistas revolucionarios fue absolutamente desigual. Los uniformados del
Gral. Pando sorprendieron, con armamento adquirido en el Perú, desde zanjas
estratégicas, a los republicanos; más luego, sucedieron los hechos
incalificables. Miles de aymaras comprometidos y en alianza con Pando, persiguieron,
cercaron y asesinaron a los heridos. Pando y los tres hermanos Pinilla fueron
personajes que sufrieron la calificación detestable de “traidores” pues, él
oficiaba de senador por Chuquisaca, Claudio Pinilla era ministro de Guerra,
otro embajador en el Perú y el tercero, Sabino diputado también por Chuquisaca.
Estudiantes y docentes universitarios de las Facultades de medicina y derecho, miembros del Instituto Médico de Chuquisaca que
formaron los escuadrones “Sucre” y “Monteagudo” fueron perseguidos por las huestes
de Zárate Villka. A bala y piedra los derribaron rematándolos a palos. En su
retirada hasta Ayo Ayo, fueron masacrados por una fuerza de montoneros que asesinaron
al grito de ¡Viva Tata Pando! ¡Viva el Federalismo!
Los heridos, refugiados en el templo de Ayo Ayo fueron
quemados, arrancados de la iglesia, mutilados en vida, despedazados, degollados,
exterminados en su totalidad. Los asesinos embriagados de alcohol bebieron la
sangre que salía a borbotones de las heridas y comieron el corazón y los
miembros aún palpitantes de las víctimas; seis cochabambinos entre ellos.
Cuando se conoce detalles del genocidio, un estupor
profundo, un asco universal inunda la existencia. Surge inmediato el grito de
horror, el desprecio cargado de reproche por quienes ahora reabren heridas que
estaban restañadas. La maldición de entonces se renueva patente sobre los
autores de antaño y por supuesto también sobre los de ogaño.
La imagen de los asesinos adornará los nuevos billetes
bolivianos que, por supuesto, jamás serán aceptados.
Gastón
Cornejo Bascopé
LA MASACRE DE AYO AYO.
24 DE ENERO DE 1899
“El templo de Ayo
Ayo servía de asilo y hospital a los heridos donde los curas franciscanos,
trataban de mitigar el dolor de las heridas, lavándoles con trapos empapados de
agua; afuera los vecinos se preparaban asegurando sus puertas, para no ser
agredidos.
Don Camilo Blakut, vecino de esa
localidad, decide protegerse en el templo junto a sus dos pequeños hijos,
mientras en la cercanía del lugar, expectantes, agazapadas las hordas aymaras
de Zárate Willka esperan
la orden de ataque.
La indiada ingresa
a las casas atropellando, se apodera de las
botellas para luego beber como si fuera agua, se embriagan más de lo que
estaban, en ese estado, se acercan al templo sagrado; gritos y saltos demoníacos
se nota en estas hordas. Al estilo de los “Hunos” de Atila, comienzan a destrozar la puerta;
adentro, el padre Jesuita Juan F. de Córdova, capellán
de la tropa, reza el “Padre Nuestro”, los soldados ven azorados a la indiada
beligerante.
Una vez abiertas
las puertas del templo, se abalanzan sobre don Camilo y sus dos hijos, son
arrastrados al centro de la plaza; allí, sobre una roca, lo tienden como para
hacer un sacrificio humano, le arrancan la lengua, le vacían los ojos, le caen
golpes de “makanas”. Don
Camilo muere horrendamente en medio de un charco de sangre y ante los
desesperados gritos de sus pequeños.
El padre Fernández de Córdova es levantado,
luego conducido al centro de la plaza, con golpes de hacha le cercenan los
pies, con un tajo de cuchillo le abren el pecho hasta arrancarle el corazón que
palpitante desaparece entre los dientes
de un caníbal del altiplano.
Claudio Llanos y otro, curas franciscanos,
son apresados mientras rezaban en el altar. Los aymaras se abalanzan y de
inmediato les caen golpes de hachas. Finalmente, degolladas sus cabezas son arrojadas de un lado a otro
haciendo un juego macabro cCon gritos salvajes de alcohol y coca.
El Coronel José de Ávila,
se esconde en el sepulcro destinado a la imagen de Cristo, los malditos no
respetan el lugar, le sacan, de inmediato recibe puñaladas dándose fin a su
vida, en medio de la algarabía de estos Atilas del altiplano.
Melitón Sánchez, herido en una
pierna recibe en pleno rostro el impacto de una picota, crujen sus huesos de su
cara, muere inmediatamente, el pico quedó clavado en su rostro.
Félix Morales está siendo mutilado,
desaparecen sus pies y manos (Horror se lo están comiendo), luego lo rematan degollándolo.
Víctor Betancour, Ismael Roncal, Eladio Fiengo y Eulogio
Selvas, son colgados desnudos
boca abajo en las vigas, con cortes de
cuchillo son vaciados sus intestinos, quedan como animales faenados.
A Ricardo Alba, Belisario Lora, Miguel Gonzales, Jorge
Campero y Mariano Matienzo, ya muertos, con los
brazos colgantes, están siendo arrastrados, atados sus pies con cables de
telégrafo a los caballos, para luego ser arrojados a la hoguera.
A Calixto Risco lo están
degollando, luego su cabeza es mostrada por un embrutecido.
Abel Benavides trata de huir, un
certero hachazo en la nuca lo deja seco.
A Pastor Castro, Zacarías Urizar, Claudio Sucre, Adrián Pacheco,
les están “arrancando sus lenguas y se las comen”, los borbotones se sangre no
les deja respirar, con picos y hachas dan fin a sus vidas para luego ser
clavados en los muros.
Dos muchachos
esperan su turno con terror, bien abrazados en un rincón. Uno es Andrés Loza en poco
tiempo lo rematan a machetazos. Su hermanito Belisario de 12 años que quedó a cuidarlo … (¿Y de
ese niño?) … en breves minutos ¡¡Sólo quedan sus huesos!! ¿Y la carne? … ¡¡Horror!! Se la comen. ¡¡¡ Lugentes
Campi!!! ¡¡¡ Campos de dolor!!!
La iglesia con las puertas abiertas de par en par, se
inunda con la sangre de estos infortunados. El altar se convirtió en piedra de
suplicio. Ya muertos los victimados, siguen recibiendo golpes que se sienten
sordamente en el ambiente gélido del altiplano.
Todo ha terminado;
ahora, los aymaras abandonan el templo,
el silencio vuelve al lugar, solo se escucha el gemido del viento, como si
fuera un llanto aterrador, las vigas de madera, crujen con el peso de los
cuerpos colgados que se balancean en un vaivén lento, macabro.
Brazos, piernas,
cabezas, cuerpos descuartizados, revolcados en charcos de sangre, esparcidos
por todo el atrio que hace días servía para elevar una oración a Dio, ahora se
convirtió en un matadero baldío, lúgubre, tétrico, en un escenario dantesco
sembrado de cadáveres mutilados junto a las imágenes religiosas manchadas de
sangre, mudos testigos del dolor y el horror de esta orgía e muerte.
Así, se inmoló la
vida de estos chuquisaqueños, en su mayoría “Universitarios de Charcas” que
conformaron el Escuadrón “Sucre” cuando a fines de diciembre de 1898, en
emocionante despedida, partieron desde la Plaza 25 de Mayo, rumbo al frente de
batalla para defender a Sucre “capital
plena de Bolivia”.
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ARTÍCULO DE “EL HERALDO” Cochabamba 25 de enero de
1889.
MUERTOS EN COSMINI - AYO AYO
1. José L. Raña, abogado,
empleado de la Compañía Unificada, liberal.
2. Rogelio Arce,
estudiante del 5º año de Derecho, sobresaliente en su curso.
3. Julio R Pinto, 5º año
Derecho, el joven más inteligente de su curso.
4. Jacobo Gallo, 5º de
derecho sobresaliente.
5. Alfredo Jáuregui,
literato, estudiante del 4º año de derecho.
6. Antonio Bonifaz,
abogado.
7. Enrique Calvo del 8º
año de Derecho.
8. Raúl Groc, del 3º año
de Derecho.
9. José Marìa
Calvimontes, del 3º año de derecho.
10.Enrique Rojas, 2º año
de derecho.
11.Zacarías Urizar, 1º año de Derecho.
12.Leoncio Julio
Navas, 1º año de Derecho.
13.Estanislao Víctor
Betancur,
1º año de Derecho.
14.José Eduardo Pérez,
del 5º año de Medicina. Inteligentísimo.
15.Luis Dávila del 1 año
de Derecho, farmacéutico del hospital de Santa Bárbara.
16.Felipe Mendivil, del
3º año de Medicina.
17.Calixto Risco, del 2º año de
Medicina.
18.Carlos Barrera,
bachiller, empleado de la casa Urioste.
19.Abel Benavides bachiller en letras.
Sobresaliente en letras.
20.Arturo Arce. Bachiller
en letras.
21.Ismael Roncal. Bachiller en letras.
22.Félix Villarrubia,
estudiante de colegio.
23.Darío Cardozo, estudiante de colegio. DARIO CARRAZCO
24.Pastor Castro, estudiante de
colegio. CANSINO
25.Julio Ovando,
estudiante de colegio
26.Desiderio Lora, estudiante de
colegio.
27.Felipe Iturrichia.
Contador.
28.Eulogio Selvas. Telegrafista.
29.Martín Ipiña,
estudiante.
30.Eladio Fiengo.
31.Eulogio Mendoza.
32.Manuel Galdo.
33.Ceferino Valda,
34.Fortunato Sánchez.
35.Adrián Pacheco.
36.Hermógenes Céspedes.
CBBA
37.Benjamín Moldes. CBBA
38.Eloy Céspedes. CBBA
39.Ascencio Balderrama.
CBBA
40.Tomás P. Tapia.
41.Gavino Hidalgo.
42.Fabio Espada.
43.Erasmo Flores.
44.Marcelino Ayala.
45.N. Barzola Herrero.
EXTRAVIADOS QUE
SEGÚN VERSIONES SERIAS HAN SIDO VICTIMADOS POR LOS INDIOS JUNTAMENTE CON LOS
HERIDOS.
46.Rdo. Juan Fernández
de Córdoba. Presbítero franciscano Capellán del escuadrón “Sucre”, Diputado
por Chuquisaca y Rector del Colegio Seminario.
47.Claudio Llanos Franciscano.
48.Coronel José R.
Ávila.
49.Leonidas Dorado,
abogado, miembro del Directorio Liberal.
50.Andrés Loza, estudiante 5º año derecho
quedó por no separarse de su hermanito. ..
51.Belisario Loza
52.Gregorio G Toro,
estudiante de colegio.
HERIDOS QUE QUEDARON
EN EL TEMPLO DE AYOAYO.
53.Melitón Sanjinés 3º
Jefe del escuadrón “Sucre”.
54.Andrés Loza,
licenciado en derecho.
55.Germán Vega, estudiante
de 5º año de derecho.
56.Eladio Sucre, estudiante del
Colegio Militar.
57.Jorge Campero, dentista.
58.Mariano Matienzo tipógrafo.
59.Gerardo Calvo empleado
de Colquechaca.
60.Raymundo Vargas.
61.Félix Morales.
62.Prudencio Gómez,
abogado hijo del actual ministro de Guerra.
63.Napoleón Camacho,
bachiller de Letras. .
64.N. Zuna. Empleado de
Correos. LLEGÓ SOBREVIVIENTE A ORURO
65.Jesús Martínez
tipógrafo. LLEGÓ SOBREVIVIENTE A ORURO
66.Manuel Vasquez
67.Miguel Gonzales
68.Fabio Espada
69.n Carretero
70.Carlos Barrios
71.n. Ochoa
72.n. Moscoso
73. n. Montero
74.n. Loayza
75. Isaac Caso
76.Eulogio Silva
77.Gabino Iraola
78. n. Ayala
79.n. Silva
80.Adolfo Siles CBBA
81.Nicanor Vargas. CBBA
82.N. Barrero
83.Melitón Sánchez
84.Camilo Blakut y sus
dos hijos
85.Ricardo Alba
Seis soldados cochabambinos aparecen en la lista de masacrados y
salvajemente comidos sus despojos humanos: Hermógenes Céspedes, Benjamín Moldes, Adolfo Siles, Ascencio Balderrama, Nicanor Vargas, Eloy Céspedes.
TOTAL
85 ASESINADOS. Llegaron 6
sobrevivientes a Oruro.
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COMENTARIO. Este relato macabro lo enviaré al Concurso
de Literatura Fantástica convocado por una entidad literaria argentina.
Seguramente ganaré el Primer Premio.
Solamente anotaré al término del escrito: No es un
relato imaginado sino un evento real, un feroz atentado contra la vida y la
dignidad de los ciudadanos de Bolivia efectuado por asesinos sin nombre,
apañados por la política criminal de ese tiempo y acualmente, realzado con odio,
racismo invertido contra la clase media y la intelectualidad nacional, con perversidad
ideológica en este tiempo de impostura política.
Gastón
Cornejo Bascopé