EL NIÑO DE UN PEDIGÜEÑO
Es cinco de enero de 2022
Víspera del Día de Reyes
En la Calle Batalla de Villalar, Burgos
Frente a la Escuela de Idiomas
Cando veo al hijo de un padre pedigón
Que abusa de pedir
Llevando unas playeras al contenedor de basuras
Confiando en que los Reyes magos de mañana
Le traigan algún juguete o algo
Después de despertar de un profundo sueño
A medida de sus deseos.
Antes de acostar
Sus padres le habían dicho:
-Hijo, ni pidas a quien pidió
Ni sirvas a quien sirvió.
Estos reyes magos son tan falsos
Como el caganer del Belén.
El niño no les creyó
Porque él creía en los niños y niñas
Con los que, a veces, jugaba
A la orilla del Río Vena
Y que le habían dicho que los Reyes Magos
Son dioses brujos y hechiceros
Que fácilmente se introducen por la puerta
O la chimenea de las casas
Con gran silencio y callandito
Van andando y lentamente dejan sus regalos
Junto a los zapatos de los niños y las niñas
Que se han portado bien.
Al día siguiente, seis de enero
Con qué anhelo e ilusión
Se acerca al contenedor de basuras.
Ya se acerca…
Va saltando.
Ya llega…
¡Oh qué momento¡
Cuando ya va a apoderarse de la bolsa azul
Que le han dejado colgando.
Va, la coge y la abre
Dándole la bolsa un chasco
Un buen chasco al niño pedigüeño.
Confuso y aturdido
Al ver más mierda dentro de la bolsa
Reniega y hace juramento de vengarse
De estos reyes en cuanto les vea
Maldiciendo de ellos.
Y ya puede decir
Como dice su padre de ellos:
-¡Qué cabrones hijos de puta¡
-Daniel de Culla