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Salud Pública: provoca muertes evitables en una de sus etapas de peor funcionamiento
Salud
Pública: provoca muertes evitables en una de sus etapas de peor funcionamiento
Las
deficiencias de Salud Pública en la costa del Bermejo y en el territorio
ampliado provocan muertes evitables o
altamente evitables. La muerte de Gabriela Anahí Acuña y su bebé, que se habría
producido durante el parto el
3 de octubre pasado en el Hospital de General San Martín es sólo una
fotografía de una larga y penosa película que refleja la profunda
crisis de la Salud Pública en Chaco. Deshumanización,
desinversión
y desorganización en el funcionamiento de
la red sanitaria pública conformaron un coctel que se lleva salud y vidas de las personas pobres de la provincia, que no
pueden acceder a la red privada porque no tienen obra social ni recursos
económicos.
El
desconcierto y la incredulidad sobre
el trato y la asistencia que se
brinda en el hospital de San Martín legítimamente
lleva a la familia a preguntar si Gabriela Anahí murió en la sala de espera o en el quirófano
o si la cesárea fue realizada cuándo todavía vivía o después del
fallecimiento de la mamá.
Una madre
y un bebé en el mismo cajón
Gabriela
Anahí Acuña, de 34 años, ingresó en la
madrugada del 3 de octubre al Hospital Félix Pértile de General San Martín.
Según relató su cuñado, Ramón De Jesús, tenía programada una cesárea para el 28 de
septiembre, pero “le hicieron pasar la fecha”. En ese fluctuoso día la mujer
embarazada ingresó con dolores de parto. Permaneció en espera y sin atención en la sala de maternidad. Gritaba por los
dolores que sentía. “Un doctor, que caminaba por ese lugar, se hacía el
distraído y la Dra. De Angeli no le prestó los primeros auxilios para que ella
no muriera. Fue abandonada y se terminó muriendo”, dijo su cuñado Ramón de
Jesús.
También falleció
el bebé. Oficialmente se informó que la mujer, que dejó tres hijos chiquitos, murió
de “un edema agudo de pulmón” y que “el feto nació sin vida”. Para deslindar
responsabilidades, se publicó que investiga la Justicia penal de General San
Martín, del intendente Aldo Leiva, que viene siendo severamente cuestionado por
amplios sectores de la comunidad. La familia reclama “que se haga justicia, que no siga muriendo
gente inocente en General San Martín”.
El
director del hospital
“Los que
no tienen ganas de trabajar que se vayan”, dijo el cuñado de Gabriela Anahí que
denunció públicamente su muerte y pidió al gobierno que releve al director del
Hospital, Julio Florentín. Agregó “que
se vaya, no da para más”.
Florentín
cuenta con el respaldo del intendente Aldo Leiva. Esa parece ser la condición
del jefe comunal para aceptar las designaciones que hace el
Ministerio de Salud Pública, fenómeno que se repite en los nombramientos de los jefes o responsables de todas las
dependencias y organismos provinciales
en General San Martín. Esta
conducta es repetida por muchos intendentes.
Lo mismo
reconoció Eduardo Carballo, otro dirigente político del peronismo de San Martín,
que fue muy cercano a Leiva en los
tiempos en que era ministro de Desarrollo Social de Jorge Capitanich. “Creo que
fue un error de referentes y dirigentes locales y zonales haber propuesto a
Florentín para conducir el nosocomio”, dijo a Diario Norte hace pocos días, y
aclaró que “se deja traslucir un amplio apoyo político para el nuevo
director pero la cosa no es tan así”.
Para la
gente común, que está lejos de los primeros planos de la política, la sensación
es la misma. Ramón De Jesús es consciente de que “este director del hospital es
puesto por política” y sabe que eso en General San Martín puede ser un
condicionamiento para la Justicia. “Sabemos que está toda la política detrás de
él (Florentín). Lo que estamos queriendo es que se haga justicia”, remató.
La
condición de extrema pobreza acompaña a esta familia hasta el final. Gabriela Anahí Acuña fue
velada y enterrada en un mismo cajón junto a su bebé. Lo relató su cuñado en
dos audios que circularon por las redes sociales para compartir
el trágico caso. Madre e hijo
partieron juntos, empujadas por el sistema de Salud y dejando otros tres niños
con una familia destrozada.
La deuda
de Capitanich
En
agosto de 2015 el entonces gobernador, Jorge Capitanich, dispuso que se
efectúe la Licitación Pública Nº 05/2015
para la construcción del nuevo Hospital Regional “Félix A. Pértile” de General
San Martin. El acto se desarrolló en el Salón de Acuerdo de Casa Gobierno y
participaron los ministros de Infraestructura, Fabricio Bolatti y de Salud,
Hugo Sager.
Con una
inversión cercana a los 77 millones de pesos en
ese momento, el gobierno dijo que “este nuevo Hospital permitirá a
partir de un nivel de complejidad IV brindar asistencia sanitaria a la zona
centro-este de la provincia”.
Bolatti,
en ese entonces ministro, explicaba que “esta importante obra financiada a
través de la Subsecretaria de Obras Publicas de la Nación se enmarca en el plan de inversión en
infraestructura sanitaria que lleva adelante el gobierno desde el 2008”. ¿Hace
falta decir que no se hizo absolutamente nada?
Cuatro
horas desde Puerto Bermejo a Resistencia
El Hospital
“Ernesto Merlo” de Puerto Bermejo viene dejando asentado por escrito las graves
falencias que preanuncian le repetición de casos que pueden terminar con muchas
vidas. El 17 de junio Ester Martínez de Berrini fue acompañada por su esposo y
su hijo a ese nosocomio con problemas respiratorios.
En la
Guardia de Emergencias no había médico. Fueron recibidos por una enfermera, que
era la única que se encontraba en el Hospital. El médico simplemente no estaba
y hubo que esperarlo. Llegó 15 minutos después. Además de eso, tuvieron que
pasar dos horas para que fuera derivada a la ciudad de Resistencia. El primer
diagnóstico posible fue de neumonía.
En el
Hospital Merlo no había oxígeno. El hijo de Ester Martínez, Oscar Raúl Berrini,
realizó una denuncia en el mes de
septiembre al ministro Luis Zapico. Allí relató que “se probaron varios tubos y
ninguno estaba en condiciones, ni siquiera el de la ambulancia”. La familia correctamente
entendió que el cuadro ameritaba que el
médico debía acompañarla en el trayecto a Resistencia, pero eso no ocurrió.
Viniendo
hacia Resistencia, en la Ruta Nacional 11, a la altura de la balanza, la ambulancia
se detuvo y no pudo continuar el trayecto. En el lugar no había señal de
celular ni se contaba con un equipo de radio en el vehículo. El puesto caminero
de la Policía sirvió para conseguir ayuda. Ester
demoró otras dos horas más para llegar al Sanatorio Frangioli, donde la
esperaban. Cuatro horas en medio de una situación de emergencia o urgencia para
hacer un trayecto de 108 km. que es la
distancia entre Puerto Bermejo y Resistencia.
El 19 de
junio Ester falleció en el Sanatorio en Resistencia. La denuncia formulada por su hijo al ministro Zapico se presentó
porque siendo vecino de un pueblo “donde se conocen todos” el mismo personal del
Hospital lo animó a contar los hechos. Las pruebas son los propios registros
del centro asistencial. Berrini advirtió “tengo conocimiento que existen
cuadernos de novedades donde se encuentran asentados los problemas a los que
hago mención”.
El hijo
de Ester sostiene que si los problemas
hubieran sido resueltos por las
autoridades del Ministerio su madre no
habría muerto. Es evidente que fracasó la aplicación del Protocolo de
emergencias y de urgencias. Sin embargo, no hay noticias en la comunidad sobre acciones del gobierno para
revertir la situación. Las muertes evitables
confirman la crisis del sistema sanitario.
La deuda
de Peppo
La
política de ajuste que aplica el gobernador Domingo Peppo genera costos sociales. En materia de salud pública este
fenómeno muy evidente. La desinversión es notable y se suma el proceso de
deshumanización y de desorganización que
generaron una de las etapas en que el sistema sanitario público funciona en una
profunda crisis que mueve otras demandas. El plantel del personal, que incluye
a los profesionales, pueden no ser responsables de las falencias de
infraestructura de los hospitales,
puestos sanitarios y centros de salud. Pero es inocultable que la falta de
compromiso y de eficiencia que diariamente
se multiplican y son denunciados aumentan notablemente los factores de riesgo
para aquellos que finalmente ven agudizadas sus enfermedades o mueren por
causas evitables o altamente evitables por la falta de asistencia sanitaria
oportuna y eficiente.
Un año
antes, en julio de 2017, el gobernador Domingo Peppo, la entonces ministra,
Mariel Crespo y el ministro de Infraestructura, Fabián Echezarreta,
“inauguraron” las refacciones del hospital, junto al intendente Isaac Veloso.
El presupuesto fue mucho más modesto, de 4.330.000
de pesos.
Nada de
lo “refaccionado” tuvo que ver con la
atención de los pacientes. Mejoraron solamente la cáscara del hospital. Según
se informó oficialmente, el día de la inauguración el plan de refacción
interior y exterior del nosocomio incluyó trabajos de: reconstrucción de
mampostería, cielorraso y revestimiento de cubierta, además de arreglo y
colocación de nueva carpintería y vidrios, aislación de pisos y zócalos e
instalaciones eléctrica y refacción integral de los núcleos sanitarios. En el
área exterior se construyó un muro perimetral y se pintó el edificio.
En ese
momento, el director de la Región Sanitaria III, Leandro Phipps, celebró el
impacto positivo de la inversión del Gobierno de Chaco en materia de
infraestructura hospitalaria y las recientemente inauguradas obras de refacción
en el efector “Ernesto Merlo” de Puerto Bermejo. Destacó el trabajo diario del personal y la atención
a la comunidad. Se incorporó un
odontólogo para “fortalecer” el servicio.
Phipps
ahora es candidato a intendente en Colonia Benítez, tras el fallecimiento de su
padre, Roberto Phipps. Según dijo que el Servicio destinado a cubrir un área
programática de 1800 habitantes de la localidad y de zonas aledañas cuenta con
tres médicos full time, odontólogos, uno de ellos incorporado el mismo día de
la inauguración, una kinesióloga y otros
profesionales itinerantes.
Tras esa
inauguración, a inicios de julio de
2017, dijo que “luego de la primer semana de funcionamiento en las
instalaciones reacondicionadas, ya se puede visualizar las mejoras del
servicio, que está funcionando al cien por ciento. El personal y la comunidad
continúan celebrando la comodidad y confort que brinda la flamante estructura”.
La denuncia que
recibió un año después el ministro Luis Zapico refleja exactamente lo
contrario.