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AUSTRALIAINCENDIOS
500 millones de animales muertos: Australia en alerta máxima por el fuego.EL HUMO CRUZO LOS ANDES.
INCENDIOS EN AUSTRALIA.
The New York Times. POR Russell Goldman
SIDNEY.- Esta
temporada de incendios es una de las peores de la historia de
Australia, con un saldo de al menos 15 víctimas fatales, cientos
de hogares destruidos y millones de hectáreas quemadas. Y eso
que el verano acaba de empezar.
Esta semana, miles
de vecinos y veraneantes se vieron obligados a evacuar las costas del
sudeste australiano, a medida que las llamas rodeaban los barrios y
consumían las viviendas. Ayer, las autoridades despacharon
barcos y aviones militares con agua, alimentos y combustible hacia las
ciudades que quedaron aisladas por el fuego.
Las condiciones de
calor y sequedad ambiente que potenciaron los incendios no son nuevas
en Australia, pero esta temporada ha sido especialmente calamitosa por
diversas razones.
¿El origen de estos incendios?
La convergencia de
temperaturas récord, una sequía prolongada y fuertes
vientos generaron las condiciones ideales para el desastre.
Durante la severa
ola de calor que azota a Australia desde mediados de diciembre, el
país vivió el día más caluroso del que se
tengan registros, con una máxima promedio de 41,9°C en todo
el territorio. La canícula sigue esta semana en el sudeste del
país, y se espera que la temperatura media en Canberra, capital
de la región, alcance los 40,5 grados.
El calor
llegó después de la primavera más seca de la que
se tengan registros. La mayor parte de Nueva Gales del Sur y Queensland
vienen experimentando falta de precipitaciones desde principios de
2017. La sequía golpeó las zonas agrícolas
más productivas del país, incluidas muchas que ahora son
presa de las llamas.
Extensión de los incendios.
Para principios de
septiembre, los australianos empezaron a advertir ominosas
señales sobre la inminente temporada de incendios.
El 9 de septiembre,
el Binna Burra Lodge, un histórico hotel vacacional en las
verdes montañas de Queensland, fue arrasado por el fuego. La
pérdida del hotel y las llamas en la selva tropical que lo
rodeaba alarmaron a los científicos, para quienes los incendios
en esas zonas tan húmedas y frescas son extremadamente inusuales.
En los
últimos meses, el fuego se extendió por el país y
ya afecta a cuatro de los seis estados australianos. La zona más
golpeada es la costa oriental: a principios de noviembre, unos 1500
bomberos trabajaban en el control de más de 70 incendios en
Nueva Gales del Sur, el estado sudoriental donde se encuentra la ciudad
de Sidney.
El 11 de noviembre,
y por primera vez desde que se implementó el actual sistema de
alarma, Nueva Gales del Sur clasificó como "catastrófico"
el peligro de fuego en la región. En Sidney, donde se
emitió una prohibición total se hacer fuego, la densidad
del humo oscurece el cielo desde hace días, y la calidad del
aire por momentos se ubicó entre las peores del mundo. El
martes, en las redes sociales se viralizaron las imágenes de los
cielos rojos y de la gente que escapaba de las playas entre Sidney y
Melbourne.
DAÑOS.
En Nueva Gales del
Sur se quemaron unos 4 millones de hectáreas y unos 1000
hogares. En el estado hay actualmente unos 90 focos de incendio
activos, y unos 40 más hacia el sur, en Victoria.
En total, los
incendios consumieron casi 5 millones de hectáreas. Como
comparación, cabe recordar que en los incendios de California en
2018, los más destructivos registrados en ese estado, se
quemaron 760.000 hectáreas y se perdieron unos 100 vidas.
A principios de
esta semana, mientras el fuego arrasaba el sur australiano, el
número de víctimas fatales llegó a 15, y las
autoridades aseguran que probablemente se incrementará. Al menos
siete personas perdieron la vida entre el lunes y el martes en Nueva
Gales del Sur -incluido un bombero voluntario, el tercero que muere
esta temporada-, y otra persona murió en la región de
Victoria.
BOMBEROS
Miles de bomberos,
en su amplia mayoría voluntarios, trabajan desde hace semanas, a
veces hasta 12 horas al día. La presión que viven los
bomberos suscitó cuestionamientos, ya que el país depende
mayormente de los bomberos voluntarios.
El gobierno federal
anunció la semana pasada que los voluntarios de Nueva Gales del
Sur, así como los de otros estados que lo soliciten,
recibirán una compensación de hasta 4000 dólares.
Inicialmente, el primer ministro Scott Morrison se opuso a ese cambio
de política.
Esta semana, ante
el caos y la destrucción de los incendios, el gobierno
desplegó a sus fuerzas militares y solicitó la ayuda de
países aliados. La Fuerza de Defensa Australiana anunció
el martes el envío de helicópteros militares Black Hawk y
Chinook, aviones y barcos a la zona de Victoria y Nueva Gales del Sur.
El gobierno
australiano también solicitó a Estados Unidos y
Canadá el envío de aviones cisterna. Canadá se
comprometió a enviar más de 30 bomberos para colaborar
con los australianos.
¿La culpa es del cambio climático?
El devastador
arranque de la temporada de incendios confirmó la
predicción de los científicos: que los incendios
forestales en Australia serán cada vez más frecuentes e
intensos a medida que el cambio climático se profundice.
Casi ningún
otro país desarrollado es tan vulnerable al cambio
climático como Australia, según los informes
científicos.
El verano
australiano es normalmente seco y caluroso, pero el cambio
climático, que trae aparejados periodos de calor extremo
más largos y frecuente, empeora esas condiciones y seca
aún más la vegetación, volviéndola
más combustible.
Los devastadores
incendios dejan en el centro de la escena la incapacidad del gobierno
australiano para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque las
emisiones de dióxido de carbono siguen aumentando
descontroladamente, Australia, gobernada por una coalición
conservadora, no logra consenso político para modificar su
política energética, históricamente influenciada
por el poderoso lobby minero del carbón.
¿Cuál es el efecto del clima sobre los incendios?
En Australia, los
días más peligrosos para que se desate un incendio son
cuando sopla viento cálido y seco desde el desierto central del
continente hacia las populosas zonas costeras. Un frente
climático -el encuentro de masas de aire de densidades
diferentes- puede causar un rápido cambio de dirección
del viento. En definitiva, eso implica incendios más grandes que
se extienden en múltiples direcciones.
Los incendios
forestales llegan a ser tan extensos y de temperaturas tan elevadas que
hasta pueden generar sus propios sistemas climáticos, tan
peligrosos como impredecibles. Las así llamadas "tormentas
ígneas" pueden producir relámpagos, fuertes vientos y
hasta tornados de fuego: lo único que no producen esas tormentas
son una gota de agua.
De hecho, el
bombero voluntario que perdió la vida el lunes murió
aplastado por un cochebomba que fue levantado del suelo por un tornado
de fuego.
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