Declaraciones de los cancilleres de Argentina y Brasil y del vicepresidente de la Unión europea sobre la firma del Tratado Mercosur/Unión europea durante el mes de diciembre, posiblemente durante la Conferencia Ministerial de la OMC deberían poner en alerta a la sociedad de los países del Mercosur.
Este Tratado que se ha negociado en total secreto no es diferente en su estructura de los tratados de libre comercio firmados por la UE y de lo que en su momento fue el ALCA.
Para hacer posible este acuerdo era necesario que Macri fuera presidente de Argentina, con un golpe de estado Temer de Brasil u desplazada Venezuela del Mercosur.
La firma de este tratado generará importantes beneficios a la Unión europea y graves consecuencias para la economía del Mercosur puesto que afectará a la producción, al trabajo y a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Pero no solo se trata de una normativa comercial con beneficios o pérdidas económicas, sino que también pone en juego la soberanía de los estados y los derechos y la autonomía de las personas ya que apunta a generar un modelo de sociedad donde los intereses de los inversionistas transformados en derechos están por encima de los derechos humanos.
Ante esta situación es imprescindible y urgente reclamar a los gobiernos de la región el conocimiento de lo que se ha negociado hasta ahora, solicitar a los legisladores que exijan información, que se difunda lo que se intenta firmar, los riesgos que ocasionará y cuestionar cualquier intento de modificar derechos adquiridos ya que ningún acuerdo comercial o de inversiones debe tener primacía sobre el derecho nacional e internacional que promueve la justicia social, económica y ambiental
Con tales objetivos se ha convocado a organizaciones sociales, sindicales, empresariales, de derechos humanos, de género, territoriales, estudiantiles, campesinas a analizar, debatir el tratado Mercosur/Unión europea y las acciones a desarrollar en defensa del trabajo y la producción nacional.